jueves, 25 de junio de 2009

carrera desesperada por los yehudim shomrom conocidos como samaritanos


Carrera contra el tiempo de los 750 samaritanos
Es una comunidad religiosa que se está quedando sin mujeres jóvenes que puedan garantizar la supervivencia de este pequeño grupo.
Como guardianes de una antigua fe que aparece en la Biblia, los 750 seguidores sobrevivientes de la religión samaritana están usando métodos sorprendentemente modernos para mantener con vida a su pequeña comunidad.

Novias encargadas por correo, contactos por Internet y pruebas genéticas pre nupciales se han vuelto mecanismos familiares para los samaritanos que están tratando de planear generaciones futuras a pesar de la escasez de mujeres jóvenes dentro de su propia comunidad.

Una apertura como aquella al mundo exterior resulta incomprensible para un grupo cuyos integrantes se consideran como los israelitas originales y mantienen rígidas tradiciones en cuanto a la dieta, el sexo y el día de descanso.

Los samaritanos creen que el monte Gerizim cerca de la ciudad cisjordana de Naplusa fue el lugar sagrado elegido por Dios, y no Jerusalén. Tienen su propia versión de la Torah y feriados similares a los de los judíos.

Afirman que el judaísmo del sur, especialmente después del exilio babilónico del siglo VI AC, se desvió de la fe original.

Los samaritanos respetan las leyes alimenticias, el sábado y la circuncisión en su Torah al pie de la letra. "La palabra samaritano significa aquel que mantiene la ley, ese es el motivo por el que somos tan estrictos", dijo un miembro de la comunidad.

Además, las mujeres deben vivir separadas de sus esposos e hijos durante la menstruación y aislarse después de dar a luz: 40 días cuando tienen un niño, 80 al tener una niña.

"Cuando una mujer ingresa en este período, una hija o hermana viene a hacerse cargo de la casa en su lugar", añadió el sumo sacerdote Abdel Moin Sadaqa, de 83 años.

Husney Kohen, de 65 años, uno de los 12 curas hereditarios de la fe, no ve ninguna contradicción en el estilo de vida de una comunidad que contaba con más de un millón de integrantes a finales del Imperio Romano, pero que ahora es, en sus palabras, "la secta más pequeña del mundo".

Los ancestros de los samaritanos datan del reino israelita del norte que fue destruido por los asirios alrededor del 720 AC. Su fe tiene muchas cosas en común con el judaísmo.

Hace un siglo, la comunidad sólo tenía 146 miembros. Algunos se fueron a trabajar en el puerto de Jaffa sobre el Mediterráneo, iniciando allí una nueva comunidad.

Los casamientos entre miembros de la cerrada comunidad eran tan comunes para mediados del siglo XX, que aproximadamente siete por ciento de los samaritanos padecían algún defecto genético.

"Puede que los chicos encuentren a alguien por su cuenta, pero mi deber es ofrecerles alternativas. Si no encuentran una esposa, mi hermana tiene tres hijas y mi primo tiene tres hijas. Por supuesto las someteríamos a análisis genéticos primero", sostuvo Khader Adel Kohen, sacerdote samaritano.

Los análisis genéticos pre-maritales han ayudado a reducir esa proporción a la mitad. Gracias a mejores estándares de vida, la comunidad ha logrado lentamente reabastecer sus filas. Pero el excedente de hombres hizo que algunos tuvieran que buscar esposas fuera del mundo samaritano.

"No tenemos suficientes muchachas, pero no podemos decirles a los muchachos que no se casen. Hemos incorporado a unas 25 judías, cinco cristianas y tres musulmanas. Los muchachos las conocen por internet", dijo Kohen.

Cuando una mujer considera ingresar a la comunidad, vive con los samaritanos por hasta seis meses para ver si encaja. "Nosotros las examinamos y ellas nos examinan a nosotros", dijo Sadaqa, un miembro de la comunidad.

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