lunes, 14 de febrero de 2011

brasil rompe relaciones diplomaticas con iran, segun la presidenta dilma roussef

Rousseff rompe lazos de Brasil con régimen de Irán
La Presidenta defiende los derechos humanos ante una asociación judía

En un discurso aplaudido de pie en Rio Grande do Sul, ante sobrevivientes del Holocausto judío a manos de los nazis, la Presidenta brasileña Dil­ma Rousseff sorprendió recientemente por su enérgica defensa de los de­re­chos humanos por parte de su país en to­do el mundo: “Mi gobierno será un in­cansable defensor de la igualdad y de los derechos humanos en cualquier par­te del mundo”, dijo. “Nosotros no so­mos un pueblo que odia, ni un pue­blo que respeta el odio, por ello Brasil tiene una po­sición histórica que nos enorgullece”.
El discurso de la Presidenta ante la in­flu­yen­te Confederación Israelita de Brasil (CO­NIB) fue interpretado como un cambio claro de la política exterior brasileña hacia Irán tras los fuer­tes lazos forjados por el expresidente Lula, so­bre todo durante su segundo mandato, con el Pre­sidente Mahmoud Ahmadinejad. El régimen is­lamista de Teherán ejecuta a homosexuales y con­dena a muerte a mujeres por adulterio —co­mo es el caso de Sakineh Hastían—, y también nie­ga el Holocausto.
Quizás por ello, durante la ceremonia, el pre­sidente de la CONIB, Claudio Lottenberg, co­mentó el cambio de la política brasileña en re­la­ción a Irán. Aun distinguiendo que los ataques a Israel son del Presidente y no del pueblo iraní en su conjunto, Lottenberg se mostró feliz “al sa­ber que la Presidenta Dilma Rousseff tiene hoy una posición diferente de la sostenida por el Pre­sidente Lula en el pasado”.
En la primera entrevista que dio Rousseff, tras asumir el pasado 1º de enero, a un medio es­tadounidense, en este caso a The Washing­ton Post, la Presidenta ya reveló un cambio de po­sición hacia Irán. Para Rousseff, el pueblo de Bra­sil “está in­te­grado por valores que respetan dos gran­des principios: la paz y la conciliación”. Y ha­blando en la ce­re­mo­nia del Día Inter­na­cio­nal en Memoria de las Víc­timas del Holo­caus­to, Rousseff recor­dó que el mun­do “igno­ró en la época de la Se­gun­­da Guerra Mundial (1939-1945) las señales del avance de la bar­ba­rie antes de la ascensión del nazismo” y que el Holocausto inauguró una épo­ca de “violencia industrializada” y de “tortu­ra científica”.
Ante la presencia de los supervivientes del Ho­locausto, Max Schanzer y Sara Perelmuter, de ochenta y siete años, Rousseff recordó que du­rante siglos el Pueblo Judío mantuvo su pa­tria a través de sus intelectuales, sus libros, su cul­tura, religión y vida familiar hasta conquistar su patria física. “Un derecho”, afirmó, “que no pue­de negarse a ningún pueblo”.

Fuente: El País (España)

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