jueves, 21 de noviembre de 2013

los judios secretos de iran

En todo Irán hay sinagogas
Aunque Irán e Israel son archienemigos, la república islámica -un dato poco conocido- es la que, después del estado israelí, acoge el mayor número de judíos en Medio Oriente.

Unos 25.000 judíos viven en Irán y la mayoría está decidida a permanecer allí sin reparar en las presiones, tan orgullosa de su origen israelí como de sus raíces iraníes. 

Amanece, y judíos iraníes leen en la sinagoga de Yusufabad antiguos textos de la Torá, el conjunto de libros de que contienen las enseñanzas religiosas judías, antes de emprender el camino hacia sus trabajos. 

No se trata ésta de una imagen que uno espere ver en el estado de la revolución islámica, pero en todo Irán hay sinagogas donde los judíos practican discretamente su religión. 

"Se nos tolera debido a nuestra larga historia en el país", dice el líder comunitario judío Unees Hammami, quien organiza las plegarias. 

Según él, el padre de la revolución iraní, el imán Jomeini, reconoció a los judíos como una minoría religiosa que debe ser protegida. 

Por ende, esta comunidad tiene un representante en el parlamento iraní. 

"El imán Jomeini hizo una distinción entre judíos y sionistas y nos apoyo", expresa Hammami. 

Antisemitismo 

En la sinagoga de Yusufabad, los anuncios se hacen en persa. La mayoría de los judíos iraníes no habla bien el hebreo. 

Los judíos han estado en Persia por casi 3.000 años. Son descendientes de los esclavos de Babilonia que salieron del cautiverio gracias al rey persa Ciro el Grande. 

A través del tiempo han habido esporádicas purgas, pogromos y "conversiones" forzosas a Islam, al igual que períodos de coexistencia pacífica. 

Ahora el antisemitismo es atizado periódicamente por la prensa. 

Unees Hammami expresa que la televisión oficial confunde sionismo con judaísmo, lo cual hace que "la gente de a pie piense que cualquier cosa que hagan los israelíes tiene el apoyo de todos los judíos". 

Durante los combates en Líbano entre Israel y el grupo Hezbolá, un periódico de línea dura, Yalesarat, publicó en primera plana dos fotografías de sinagogas llena de fieles que ondeaban banderas israelíes celebrando el día de la independencia de ese país. 

El diario afirmaba falsamente que las sinagogas estaban en Irán: sostenía que una de ellas era la sinagoga de Yusufabad, en Teherán, y ubicaba la otra en la sureña ciudad de Shiraz. 

"Esto sirvió como una provocación para oportunistas en Shiraz y hubo asaltos en dos sinagogas", explica el parlamentario Maurice Mohtamed, representante de la comunidad judía. 

Mohtamed manifiesta que las fuerzas de seguridad intervinieron a raíz del incidente y explicaron que las noticias eran falsas. 

Negando el Holocausto 

Con la llegada al poder de un ultraconservador como el presidente Mahmud Ahmadinejad, crecieron los temores de la comunidad internacional sobre el destino de los judíos iraníes. 

Ahmadinejad ha venido usando una rabiosa retórica con llamados a "borrar del mapa" a Israel. Para mayor controversia, ha cuestionado la realidad del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. 

Maurice Mohtamed ha condenado públicamente las opiniones del presidente, lo cual demuestra que puede haber algún espacio para que la comunidad judía exprese sus puntos de vista. 

"Es lamentable ver cómo una tragedia tan horrible y de tantas repercusiones como el Holocausto es negada... Se trató de un insulto a todos los judíos del mundo", dijo Mohtamed, quien también condenó la exhibición de caricaturas sobre ese hecho histórico, organizada por un periódico propiedad de la municipalidad de Teherán. 

A pesar de la controversia, extrañamente la oficina de Ahmadinejad donó dinero recientemente para el Hospital Judío de Teherán. 

Este es uno de los cuatro hospitales judíos de caridad que existen en todo el mundo y que se sostiene con dinero de la diáspora judía. 

Se trata de algo extraordinario en Irán si se tiene en cuenta que incluso organizaciones humanitarias locales enfrentan dificultades para recibir recursos del exterior por el temor a las acusaciones de ser "agentes extranjeros" 

La mayoría de los pacientes y los trabajadores del hospital son hoy musulmanes, pero el director de la institución, Ciamak Morsathegh, es judío. 

"El antisemitismo no es un fenómeno del mundo oriental, no es un fenómeno islámico o iraní. El antisemitismo es un fenómeno europeo", dice Morsathegh, quien agrega que incluso en sus horas más oscuras los judíos iraníes nunca han sufrido tanto como los judíos europeos. 

Lazos de familia 

Sin embargo, existen complicaciones legales para los judíos en Irán. Si un miembro de la familia se convierte al Islam puede heredar todo el patrimonio familiar. 

Tampoco pueden ser oficiales del ejército y todos los directores de las escuelas judías en Teherán son musulmanes, aunque no hay ley que establezca lo anterior.

La mayor vulnerabilidad de la comunidad son sus lazos con Israel, donde muchos tienen familia. 

Hace siete años se detuvo a un grupo de judíos de Shiraz bajo la acusación de espiar para Israel, aunque al final todos fueron liberados. Hoy, no obstante, muchos judíos viajan regularmente a Israel. 

En una de las seis carnicerías kosher que quedan en Teherán, todo el mundo tiene parientes en Israel. 

Mientras corta carne, el carnicero Hersel Gabriel me dice que siempre que regresa de Israel está preparado para enfrentar problemas, pero que nunca el oficial de inmigración le ha dicho nada. 

"Es mentira todo lo que se dice en el extranjero. Estamos cómodos en Irán. Si no te metes en política y no los molestas, ellos no te molestan", explica. 

Una clienta, Giti, ama de casa de mediana edad, coincide con Gabriel y afirma que ella puede hablar por teléfono con sus dos hijos en Tel Aviv sin problemas, al igual que visitarlos. 

"No hay problemas en ir y venir", comenta. "Una vez fui a Israel a través de Turquía y en otra ocasión a través de Chipre sin problemas". 

Están lejos los días iniciales de la revolución iraní cuando los judíos -y muchos musulmanes- encontraban dificultades para que se les expidiera pasaportes y poder desplazarse al extranjero. 

"Durante los últimos cinco años el gobierno ha autorizado a los judíos a viajar libremente a Israel y visitar a sus familiares y una vez de vuelta no tienen problemas", aclara el parlamentario Mohtamed. 

Del mismo modo, según Mohtamed, los judíos que emigraron a Israel puede volver a visitar a sus parientes. 

"Ellos pueden ahora acudir al cónsul iraní en Estambul, conseguir documentos iraníes y viajar libremente a Irán", explica. 

El éxodo de los judíos iraníes parece haber aminorado. La primera oleada de emigrantes ocurrió en los años 50 y la segunda en los días de la revolución islámica. 

Los judíos que permanecen en Irán parecen haber tomado conscientemente la decisión de permanecer. 

"Somos iraníes y hemos estado aquí por más de 3.000 años", afirma el director del hospital judío, Ciamak Morsathegh. 

"No me voy. Estaré en Irán bajo las condiciones que sean", declara. 


Fuente: BBC Mundo

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