Ante todo dejemos algo en claro: Dios quiere responder a nuestros rezos. Él es nuestro padre en el cielo y nosotros, Sus hijos. Su amor por nosotros es incondicional.
Entonces ¿por qué nos parece que Dios ignora tantas plegarias? Y si Él ya sabe lo que queremos, ¿por qué es necesario rezar en un principio?
El Amor Infinito
Incluso aquellos que están lejos de una sinagoga intuyen la existencia de Dios. Cuando alguien esta atrapado y su enemigo se acerca, él gritara: "¡Todopoderoso, sácame de aquí! ¡Quiero vivir!"
¿Qué es lo que esta diciendo realmente?
"Estimado Dios: Aunque te he ignorado todos estos años, he negado tu existencia, y menospreciado todo lo que has hecho por mi, ahora estoy en problemas y se que Tú eres el único que me puede ayudar."
Para rezar apropiadamente debes entender que Dios no solamente te ama, sino que su amor por ti es infinito.
Dios nos dio ojos, orejas, inteligencia ¡y la vida misma! Por lo tanto cada mañana recitamos bendiciones para agradecerle por todos los regalos que nos ha dado. Éstas bendiciones nos recuerdan cuan profundamente nos ama. Si entendemos lo que Dios puede hacer por nosotros, sería una locura el no "estar en contacto".
¿Por Qué Necesitamos Rezar?
Al rezar, por supuesto que no le estamos diciendo nada nuevo a Dios. Él no necesita que le recordemos nuestras necesidades. Entonces, ¿Por qué Dios simplemente no nos da sin que le pidamos?
Porque necesitamos rezar. El rezo nos ayuda a definir y afirmar lo que queremos de la vida. Es un proceso de madurez.
Si un padre millonario repartiera dinero en efectivo ilimitadamente, sus hijos crecerían malcriados e irresponsables. De la misma manera, si Dios nos diese todo automáticamente, nunca definiríamos por nosotros mismos lo que queremos en la vida. Es verdad que la vida sería fácil, pero no creceríamos.
Ya que Dios quiere lo mejor para nosotros, quiere que nos ganemos las cosas, porque eso es lo que nos engrandecerá.
¿Por Qué Tenemos Problemas?
Dios tiene todo perfectamente interconectado. Él te puede encontrar la pareja perfecta y resolver tus problemas financieros. Entonces ¿Por qué tenemos todos estos problemas?
Porque a pesar de lo brillantes o poderosos que seamos, nunca podremos vivir la vida de nuestros hijos en su lugar. De hecho, parte de amar genuinamente a nuestros hijos es permitirles crecer por si mismos, ser independientes.
Si fuésemos robots, siguiendo instrucciones mecánicamente, el mundo tal vez sería limpio y ordenado. Pero la vida no tendría ni importancia ni sentido.
Dios quiere que seamos independientes, que pensemos y que tomemos nuestras propias decisiones.
Tenemos "libre albedrío" para tomar decisiones que son eternamente significativas. Podemos elegir alejarnos de Dios – y Él nos dejará hacerlo. No porque Él lo quiera así, sino porque quiere que tengamos independencia – incluso bajo el riesgo de que la usemos mal. Podremos sufrir las consecuencias, pero eso no afecta nuestra independencia.
Una Respuesta a Nuestros Rezos
¿Alguna vez recibiste respuesta a un rezo?
Detente por un momento y considera las implicancias...
Imagina que vives en un pequeño pueblo en Sudamérica. Al frente de tu casa hay un tremendo y antiestético agujero en la calle. Por lo últimos cuatro meses la municipalidad local ha ignorado tus insistentes solicitudes de arreglarlo. Finalmente, en un acto de frustración, llamas a la casa de gobierno y pides hablar con el presidente. (No pierdes nada por intentarlo).Sorprendido escuchas al presidente mismo a través del teléfono y rápidamente le explicas el problema. El presidente te escucha un minuto y luego cuelga. Tú no esperas que realmente se haga algo al respecto.La mañana siguiente miras a través de tu ventana, y ¡no lo puedes creer!, el cuerpo de ingeniería vial está ocupado arreglando tu calle. ¡El presidente tomo tu solicitud seriamente y envió ingenieros a ayudar!
Eso es recibir respuesta a un rezo.
Ahora, ¿quién es aquella persona que siempre puede llegar directo al presidente?
Su hijo, por supuesto.
Ésa es nuestra relación con Dios – padre e hijo. Así como un padre cumple las peticiones de un hijo, asimismo responde Dios a nuestros rezos. El genio infinito que creó cada molécula en la tierra, puede alterar el curso de la existencia para responder a tu pedido.
Para poder hablar con Dios realmente, necesitas entender que Él puede y esta dispuesto a hacer cualquier cosa. De otra manera, estas hablando de un concepto de Dios limitado – y no de nuestro verdadero Padre en el cielo.
El Rezo de un Ateo
Aquí hay una historia real de un joven a quien sus rezos fueron respondidos:
Muchos de los que visitan Jerusalem son turistas que vienen a recibir un poco de cultura e historia judía. Un día, un joven turista llamado Jeff fue llevado a conocerme a Aish Hatorah.
"¿A qué te dedicas?" Le pregunté."Estoy estudiando para mi MBA en la Universidad de Harvard. Y soy ateo"."¡Fantástico! ¡Un verdadero ateo! Quien haya sido capaz de convencer a un ateo como tú, a hablar con un rabino como yo merece una medalla.""No," dijo Jeff, "él no merece nada. Le contaré como llegué".
Jeff había estado en Noruega visitando a su prometida y decidió que era ahora o nunca: Vendría a Israel ahora, o nunca lo haría.
Así que partió hacia Jerusalem y al Kotel. Él se imaginó que se detendría en el Muro a ver unas cuantas piedras antiguas. Sin embargo, a su llegada quedó sorprendido. Sintió algo fuerte. Se conmovió.
Jeff se paró frente al Muro e hizo un "rezo ateo". Miró las piedras y dijo:
"Dios, no creo en Ti. Tengo entendido que Tú no existes. Pero sí, siento algo. Así que si estoy cometiendo un error, quiero que sepas, Dios, que no tengo nada en contra Tuyo. Es solamente que no sé si existes. Pero Dios, en caso de que realmente estés ahí y estoy cometiendo un error, déjame conocerte".
Jeff terminó su plegaria y uno de los estudiantes de Aish Hatorah que estaba en el Muro, lo vio y pensó, "Quizás él estaría interesado en estudiar un poco de Torá".
El estudiante tocó el hombro de Jeff, alarmándolo tanto que saltó un metro en el aire. Jeff dio una vuelta y gritó:
- "¡¿Que "demonios" quieres?!"
- "Discúlpame, sólo quería saber si te gustaría aprender acerca de Dios."
Esa pregunta le pegó a Jeff justo entre lo ojos. Acababa de pedir conocer a Dios, e inmediatamente alguien le ofrecía presentárselo.
Jeff estudió en Aish Hatorah las siguientes seis semanas. Era un estudiante muy serio y regresó a Estados Unidos con el compromiso de seguir aprendiendo. Un año más tarde, Jeff volvió a Israel y me contó el final de su historia.
Durante el verano anterior estaba caminando por los callejones de piedra en la Ciudad Vieja cuando vio pasar a una linda y dulce joven religiosa. Se dijo a sí mismo, "Que encanto que tiene esa mujer judía. Que el Todopoderoso me ayude a conocer alguien así."
Una mañana de Shabat un año más tarde, Jeff entro a una sinagoga en Boston para el servicio matutino. Parada ahí estaba la misma joven que había visto en la Ciudad Vieja. Se acercó a ella y dijo:
"Discúlpame, pero me parece haberte visto el verano pasado en Jerusalem"Ella respondió, "Tienes razón. Yo también te vi."Ahora están casados, y viven en New Jersey.
Recuerda la plegaria de Jeff. Si conoces algún ateo, se la puedes enseñar. Porque cuando eres sincero con Dios, tus rezos son respondidos.
"El Eterno esta cerca de todos los que Lo invocan de verdad". (Salmos 145:18).
Cinco Herramientas Para Ser Sincero con Dios Herramienta #1: Espera lo Bueno
Confía en que Dios te quiere ayudar. Cualquier cosa que pudieses pedirle es infinitamente pequeño comparado con todo lo que ya te ha dado.
Si no esperas lo bueno, Dios no va a invadir tu territorio. Él quiere que te conectes con tu padre en el cielo. Sin embargo, quiere que trabajes para lograr entendimiento.
Al no responderte, Dios te esta diciendo que tienes un problema, que tienes que hacer un cambio. Eso es hacernos un gran favor. Porque si no lo hiciera, quedaríamos atrapados en nuestras ilusiones, confusos con la idea de que Dios puede hacerlo todo.
Supongamos que tienes 22 años, vas manejando por Manhattan en la hora del tráfico en medio del verano. Luces rojas... tráfico... bocinas... calor... I-r-r-i-t-a-n-t-e.¿Qué pasaría si tu padre estuviese a cargo de los semáforos en New York y pudiese rastrearte a cualquier hora? ¡Te pondría luces verdes todo el camino! ¡Luz verde! Ding... ¡Luz verde! Ting... ¡Luz verde!El Eterno puede hacerlo por ti. Él creó el universo, el tráfico en Manhattan no es nada para Él.Entonces, así sigues: Luz verde, luz verde, luz verde, luz verde. Te dices a ti mismo: esto es demasiado bueno para ser verdad. No me lo merezco.Luz roja.
Si no confías en la ayuda de Dios, entonces has perdido la imagen de Él como tu padre. Por lo tanto Dios rompe la corriente para realinear tu enfoque.
Enfócate en el hecho que el Eterno quiere todo lo bueno para ti. Cuando haces eso, Él moverá montañas para responder tus plegarias.
Herramienta #2: Sobresáltate Si No Lo Recibes
Nada de lo que hace Dios es por accidente. Si las cosas no fluyen sin problemas para ti, tu primera reacción debería ser: "¿Qué esta pasando? ¿Por qué Dios esta haciendo esto? ¿Por qué esta llamando mi atención?
Un tío escribía cartas llenas de noticias a su sobrino a la universidad. Después de seis meses y numerosas cartas, el sobrino no había respondido ni siquiera una vez.En la siguiente carta, el tío escribió su carta usual, pero esta vez agrego un P.D.:"He adjuntado un cheque de cien dólares para ti." Luego, intencionalmente envió la carta sin el cheque.El sobrino recibió la carta y (por supuesto) no pudo encontrar el cheque. Como era esperado, el tío recibió inmediatamente una carta de regreso: "La universidad es increíble... me gusta mi dormitorio... estoy estudiando física. A propósito, se te olvido adjuntar el cheque. Te quiere, tu sobrino favorito."
Dios sabe como llamar tu atención. Cuando nos olvidamos que nos ama, nos manda una luz roja para que nos enfoquemos.
Pero hay una gran diferencia entre un tío y Dios: A Dios no le duele cuando lo ignoramos. A nosotros si. Dios no tiene necesidades y por lo tanto no necesita una relación con nosotros. Somos nosotros quienes necesitamos una relación con Él. Nuestro placer más grande es estar en contacto con Dios. Esa es la razón por la cual nos manda pequeños percances para atraer nuestra atención. Todo para nuestro beneficio.
Herramienta #3: Escucha las Enseñanzas de Dios
Si eres serio sobre una relación con Dios, debes entender que Él siempre te esta enseñando algo.
Cuando de repente tu vida esta llena de inconvenientes, tienes que parar y preguntar: ¿Por qué Dios esta llamando mi atención?
Cuando los problemas son más que menores inconvenientes, como un accidente de tránsito o stress económico, Dios te esta llamando a otro nivel. Hay algo profundo dentro de ti que debes rectificar.
Un joven vino a Aish Hatorah para reunirse conmigo. "Rabino," me dijo, "le tengo noticias. No necesito una yeshiva. Usted sabe, Dios y yo somos muy cercanos. Él me hace milagros."Lo miré sospechosamente. "¿Te importaría ilustrarme uno o dos?"."Por supuesto. Una vez estaba manejando mi motocicleta en un camino de montaña sinuoso. Después de una curva vino un camión y se desvió a mi carril. Mi opción era aplastarme contra la montaña o caerme por el barranco. Lo próximo que vi es que volaba por los aires con nada más que piedras debajo mío. Entonces grité, "¡Dios! ¡Ayúdame!"."Caí al piso y fue un milagro. Mi motocicleta cayó entre dos piedras, las cuales absorbieron el golpe y ablandaron el impacto. Yo fui suavemente lanzado de mi moto a unos arbustos ¡y no me pasó nada!. Como puede ver, Dios me hace milagros."Lo miré y le dije, "Dime mi amigo, ¡¿quién crees que te empujo por el barranco?!
Dios no es Superman. Él no espera a que te caigas por un barranco para ir a salvarte en el último minuto. Él controla todo en tu vida: los problemas y las soluciones.
No esperes a que Dios te tire por un acantilado y te agarre. Pon atención ahora y pregunta: "¿Que quieres de mi, Dios? ¿Cuál es el mensaje? Y si quieres llamar mi atención, ¡por favor hazlo sin un precipicio tan empinado!Herramienta #4: Enfócate en lo que Quieres
Para que nuestros rezos sean respondidos, tenemos que estar seguros que lo que estamos pidiendo es realmente algo necesario – y no simplemente un capricho momentáneo.
Cuando yo tenía 8 años, "La Feria Mundial" vino a Nueva York. Todo mi curso decidió que un día se escaparían del colegio para ir a la feria. Pero había una condición: todos tenían que llevar un dólar. Sin excepciones, si no tenías un dólar no podías ir.Yo no tenía un dólar, y la única manera que podía recibir uno de mi padre era aprender un capitulo de mishná de memoria. Pero no había manera de estudiar todo un capitulo con tan corto aviso. Así que pensé que podría ir al colegio aquel día. Sería el único alumno – un héroe.Empecé a caminar al colegio, cuando de repente se me ocurrió: Mira el pavimento, Noaj, tal vez encuentres un dólar.Empecé a mirar. Una cuadra, nada. Dos cuadras, nada. Comencé a rezar, "Todopoderoso, un billete de un dólar... Tú los tienes en la calle todos los días. Sólo por esta vez, déjame encontrar un dólar."Dos cuadras más, nada. Pensé que quizás Dios quería algo de mí. Así que le dije, "Dios, yo sacaré la basura. Y no pelearé con mi hermana." Yo estaba listo para cerrar el trato.Nada.Finalmente, doblé en una esquina y ahí estaba la escuela. El momento de la verdad. "Dios, dame un dólar, y nunca más haré cosas malas por el resto de mi vida."Después entré en razón. "Noaj, ¿estas bromeando? Si encuentras el dólar, ¡¿vas a escaparte del colegio?!".Muchas veces Dios nos manda lo que realmente necesitamos, pero no nos damos cuenta porque no hemos hecho el trabajo de aclarar nuestras necesidades. La respuesta de Dios – sea sí o no – siempre te dice algo importante sobre ti mismo.Así que antes de pedir algo, asegúrate que sea bueno para ti.
Herramienta #5: Haz un Esfuerzo
El rezar no significa escaparse del esfuerzo personal o de las responsabilidades. Es un vehículo para definir nuestras elecciones, y darnos cuenta que Dios es la fuente de todo lo que podemos lograr.
El rezo nos enfoca en la realidad y nos mantiene en contacto con adonde nuestra vida va. No son sólo castillos en el aire. Debes trabajar duro por lo que quieres. Si no estás entusiasmado, no eres serio en ello.
Cuando reces, reevalúa cada paso del camino:
¿Realmente quiero conseguir esto?
¿Cuánto estoy dispuesto a sacrificar por ello?
¿Vale el precio?
¿Son mis metas reales y apropiadas para mí?
¿Estoy avanzando hacia ellas?
El propósito de la vida es crecer. El rezar no es un botón mágico para escapar ese proceso. Al exigirnos a hacer un esfuerzo, Dios nos da los medios para crecer de verdad.
Dios siempre esta esperando tu llamada. Las líneas están abiertas, y sin cargo alguno. Toma el teléfono hoy.
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